viernes, 16 de noviembre de 2007

Arte en Corea

Surfeando las olas de Internet, munidos tan sólo de bronceador y lentes de sol, hemos dado en encontrar una interesante página con infromación muy jugosa sobre Corea, que queremos compartir con todos nuestros amigos:

http://informacioncorea.iespana.es/cultura.htm

La web en cuestión "está dedicada al Maestro Suh Tae Suk, 8º dan de Taekwondo W.T.F. (World Taekwondo Federation) y F.E.T. (Federación Española de Taekwondo), residente en Granada (España) y pionero de este arte marcial en Andalucía Oriental". Por supuesto, allí puede encontrarse mucha info relacionada específicamente con el Taekwondo.

Hecha la correspondiente aclaración sobre el origen de este artículo, los dejamos a solas con su contenido, en este caso referido a distintas disciplinas del arte coreano. Que lo disfruten, y buen fin de semana para todos, M:

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El arte coreano contiene varias características distintivas que culminan en un estilo propio. El arte respeta la naturaleza y el medio ambiente. La pintura y cerámica ofrece básicamente colores serenos, equilibrados y suaves.

Otra característica del arte coreano es el humor. Una exageración audaz y la singular belleza del espacio que se concentra en un círculo imperfecto son los ejemplos de humor.

También se podría mencionar la armonía serena como paradigma del arte coreano. Significa, pues, que no abundan excesos, sino más bien las materias y cosas son justamente seleccionadas, de acuerdo con sus entornos.

Además de estas características el arte coreano se ha heredado una estética de reflejar la belleza con una honradez y sencillez completamente desprovistas de artificio.


Lista del Patrimonio Cultural coreano en el Mundo

Por primera vez, tres de los tesoros nacionales más apreciados fueron incluidos en la Lista del Patrimonio Cultural del Mundo de UNESCO el 9 de diciembre de 1995, donde figuran 469 monumentos culturales y naturales de 105 países. Los tesoros nacionales galardonados de Corea son: el templo de Pulguksa del siglo VIII y su pétrea Gruta de Sokkuram en Kyongju, provincia de Kyongsangbuk-do; la Tripitaka del templo Haeinsa del siglo XIII en la provincia de Kyongsangnam-do, que se encuentran en la parte sureste del país, y el Santuario Chongmyo de Ancestros Reales de la Dinastía Choson en Seúl, capital de Corea. Y en 1997 se añadieron a la lista dos de los atractivos culturales de Corea: la Fortaleza Hwasong y Changdok-kung. Además, en 1997 UNESCO implantó un nuevo sistema de registro mundial de los documentos y registros con el propósito de la conservación de los documentos antiguos utilizando nuevas tecnologías. Hummin chongum y Choson wangjo sillok fueron los primeros items a registrar, de la herencia cultural escrita de Corea, bajo el nuevo sistema de UNESCO. La inclusión en la lista identifica ser parte del monumento cultural de toda la humanidad. Y esta inclusión significa un orgullo para Corea porque es una prueba de que la comunidad internacional reconoce los valores de sus tesoros nacionales.

Literatura

La literatura coreana refleja grandes diferencias de los períodos anterior y posterior a las influencias occidentales. Durante el período preoccidental, la literatura recibía el influjo del chamanismo, budismo y confucianismo. Bajo tales influencias, la población aceptaba su situación con resignación. Se le responsabilizaba de su propia y fatalista visión de la vida. La literatura más antigua insistía en el amor a la naturaleza y a los hombres, sosteniendo que ambos valores formaban un dúo indivisible. Al principio, la literatura coreana se basaba en la tradición oral, por lo que muchas obras literarias eran también cuentos y leyendas que cantaban o recitaban a los antepasados de algunas tribus coreanas, y que solían representarse durante los rituales tribales, celebraciones religiosas, sacrificios y reuniones políticas. Las normas sociales, la moral y las costumbres han influido en la literatura coreana de manera significativa. Por lo tanto, el bien es siempre objeto de recompensa, mientras que la maldad nunca queda sin el correspondiente castigo. La literatura más antigua refleja ciertas normas de conducta, como la lealtad al rey, el amor filial, el respeto a los mayores, la verdadera amistad y la castidad femenina. Debido a la influencia occidental, la literatura coreana moderna se ha hecho eco de la disensión política y moral, desviándose de los temas tradicionales hasta abarcar gran diversidad de temas. Las primeras obras escritas aparecieron en el Reino Shilla durante el siglo VIII. La escritura utilizada era una adaptación fonética de los caracteres chinos que se conocía como idu. No se conservan más de 25 poemas llamados hayngga, representativos de aquel estilo. Durante la Dinastía Koryo cobraron gran popularidad un tipo de versos populares llamago Changga "Versos más largos". A finales de esta misma dinastía, el sijo, un nuevo estilo poético, obtuvo gran predicamento. El sijo solía consistir en una estrofa de tres líneas que transmitía un mensaje condensado. Tras la invención de los alfabetos han-gul, surgieron varios tipos de poemas de amor. A mediados del período Choson, la composición poética más frecuente era conocida como kasa. Los literatos expresaban su admiración por la belleza de la naturaleza a través de kasa, una poesía típicamente coreana, aunque escrita en chino. La introducción del Sirhak (Estudios Pragmáticos) durante los siglos XVII y XVIII y la influencia occidental, a menudo a través del cristianismo, aportaron una nueva energía a la literatura coreana. El concepto de la igualdad humana, hoy valor universal, se convertiría en tema recurrente. De ahí que se criticase la desigualdad en la sociedad tradicional. La posibilidad de verter todas las obras al han-gul representó un gran cambio en el ámbito literario. Asimismo, la figura de los autores ya se diversificó desde literatos a gente común. El pionero de la literatura de ficción coreana fue Kim Si-Sup (1435-1493), con sus Nuevos Cuentos de la Tortuga Dorada, escritos en chino. Solamente el primer libro, que contiene cinco cuentos, ha llegado hasta nuestros días. Estos cuentos se caracterizan por desarrollarse en un entorno coreano y singularmente, por sus finales trágicos, a diferencia de los ambientados en China, con sus típicos finales románticos y felices de obras anteriores. La obra Hong Kil-Tong de Heo Kyun se la considera la primera novela redactada en lengua vernácula. Esta obra escrita en el siglo XVII se trata de un comentario social, que arremete contra la desigualdad de la sociedad Choson. Durante el siglo XIX se hicieron muy populares las pansori u "la ópera-solo". Versaban sobre cuentos cantados por un artista profesional en un escenario al aire libre. Solían ser de corte satírico e iban dirigidos contra las clases altas. En la época anterior y posterior a la colonización japonesa de 1910, una nueva conciencia nacional, representada a través del medio literario, escrito en han-gul, se denominó "Shinmunhak" o "la nueva literatura". Choi Nam-Sun publicó en 1908 un poema llamado "Del Mar, a un Niño", en la revista Sonyon (Niño), que dio origen a la poesía moderna o verso libre en Corea. En 1914, Yi Kwang-Soo comenzó a publicar sus novelas modernas en la revista Chongchun (Juventud) y su aportación a la literatura coreana moderna goza de un alto reconocimiento. Hasta finales de los años 60, el talento creativo se expresaba a través de este género. Los temas favoritos eran la injusticia social y la influencia deshumanizadora del proceso industrial y la modernización. Recientemente, las obras de escritores destacados como Yi Mun-Yol, Lee Chong-Yun y Oh Jong-Hee han sido traducidas en varios idiomas, incluidos inglés, español y francés. Se espera en un futuro no muy lejano que las obras de los autores coreanos lleguen a ser tan apreciadas en otros países como hoy lo son en Corea.


Pintura

La pintura coreana presenta una serie de los logros culturales, vigor creativo típico y el sentido estético del pueblo coreano. La pintura coreana ha evolucionado constantemente a lo largo de toda su historia, desde la época de Los Tres Reinos (57 a.C.-668 d.C.) hasta nuestros días. Las muestras más tempranas del período de los Tres Reinos son los murales de las tumbas de Koguryo, en el sur de Manchuria y cercanías de Pyongyang (siglo III-IV), y de la tumba 155 de Kyongju, capital de Shilla (siglo VI). Suele afirmarse que mientras las pinturas de Koguryo poseen ritmo y dinamismo, las de Shilla resultan un tanto especulativas y meticulosas. Durante el período Koryo (918-1392), la pintura floreció con gran variedad de estilos, heredando la tradición artística del Reino Unificado de Shilla que significó la edad de oro de la pintura. Los artistas de aquella época pintaron los murales de los templos y las imágenes budistas en rollos de papel, contribuyendo al florecimiento del budismo en Corea. Muchos maestros pintores plasmaron obras cuyos temas solían ser "Los Cuatro Caballeros" (flor de ciruelo, orquídea, crisantemo y bambú), además de retratos y pinturas budistas. A principios de la Dinastía Choson, los mejores pintores eran incapaces de liberarse del conservadurismo y permanecían fieles al estilo oficial de las escuelas del Norte y Sur de China. En el período de Choson, siglo XVIII, se experimentó un significativo avance. Chong Son (1676-1759), un pintor de carácter verdaderamente nativo, se entregó apasionadamente a pintar el paisaje real coreano. Entre sus obras destacan "Monte Inwangsan después de las lluvias", "La Montaña de Diamantes (Kumgangsan)" y "El Valle de la brisa fresca", una muestra de su originalidad indígena coreana. Durante la última mitad del siglo XVIII, la ciencia y tecnología europeas llegaron a Corea a través de los misioneros católicos y el Sirhak indujo a los artistas a buscar la verdad en la realidad. Se comenzó a pintar temas seculares, como escenas de la vida diaria del pueblo o pintura de género. Se puede decir que esta tendencia reflejaba el cambio de actitudes de la dinastía Choson con respecto a la sociedad moderna. Los artistas pioneros de las pinturas de género, Kim Hong-Do (1745-1806) y Shin Yun-Bok (1758-?), pintaron varias obras de notable vigor que nos evocan cómo se vivía en la sociedad Choson. Las pinturas anónimas, de un estilo algo menos sofisticado que las ejecutadas por los artistas-letrados confucianos, reflejaban más bien la vida cotidiana del coreano común y corriente, sus sueños y sus aspiraciones. Coloridas y llenas de vida, estas pinturas se habían liberado de las limitaciones convencionales. En la actualidad despiertan un gran interés tanto en Corea como en el extranjero. Tras el desorden político y la anexión de Corea por Japón en 1910, los estilos pictóricos tradicionales entraron en decadencia bajo la política japonesa colonialista. En esta misma época se introdujo la pintura occidental al óleo, que llegaría a prevalecer. En 1945, tras la liberación del dominio japonés, la tradición pictórica coreana volvió a cobrar vida gracias a grandes artistas. Un buen número de artistas coreanos con formación europea y norteamericana ha desempeñado un papel importantísimo introduciendo en Corea las tendencias y estilos contemporáneos. Tanto la pintura tradicional oriental como los óleos de estilo occidental florecen actualmente en Corea y cuentan con varios artistas notables que hacen gala de su genio creativo.

Escultura

Las esculturas coreanas más antiguas que se conocen están talladas en las rocas de un acantilado llamado Pangudae, junto a un río, en la Ciudad Metropolitana de Ulsan. También existen algunas estatuillas de arcilla, hueso y piedra representando hombres y animales, procedentes de un poblado neolítico. Durante la Edad de Bronce se fabricaron figuras similares en bronce, barro y arcilla. Pero hasta la llegada del budismo a los Tres Reinos, durante el siglo IV, la escultura no comenzaría a evolucionar significativamente, tanto en calidad como en cantidad. Los Tres Reinos, Koguryo, Paekche y Shilla, abrazaron con entusiasmo la nueva religión. No pocos artesanos se extremaron en la talla de imágenes budistas y en la construcción de pagodas. Con fervor religioso y artístico, tallaron innumerables imágenes budistas y construyeron pagodas de formas y materiales diversos, como bronce, piedra y madera. Las diferencias regionales entre los Tres Reinos se orillaron gradualmente, al tiempo que se asimilaba al arte de Tang de la China. La escultura budista gozó de una "edad de oro" durante los dos siglos que siguieron a la unificación de la península por el reino Shilla, en el año 668. La Gruta Sokkuram, construido a mediados del siglo VIII en las cercanías de Kyongju, representa la mejor escultura budista del período. La Dinastía Koryo proclamó al budismo como la religión oficial. De ahí que la talla de imágenes budistas continuamente florecía durante toda la época. En consecuencia hubo gran producción de imágenes budistas y pagodas de excelentes calidad artística. La escultura budista entró rápidamente en declive en los albores de la Dinastía Choson, a finales del siglo XIV, toda vez que la política nacional de la aristocracia reinante estaba dirigida a suprimir la religión. En general, la escultura experimentó un deterioro considerable durante todo el período Choson, puesto que aquella sociedad, dominada por el confucianismo, no la valoraba en nada. A pesar de la brillante escultura antigua y medieval en piedra y bronce, la escultura moderna no surgió en Corea hasta hace muy poco tiempo. El primer escultor moderno destacable fue Kim Pok-Chin, quien cursó sus estudios en Japón, a finales de 1910. Cualquier avance en este campo quedó frustrado por el período colonial, pues la mayoría de los escultores se dedicaron simplemente a imitar las técnicas occidentales. Después de la Guerra de Corea (1950-1953), los círculos artísticos coreanos comenzaron a recobrar cierta vitalidad y la escultura moderna creó su propio ámbito a finales de la década de los 60, cuando crecieron las escuelas contrarias de realismo y abstracto y los escultores comenzaron a emplear una gran diversidad de materiales.

Orfebrería

En las excavaciones arqueológicas fueron hallados una gran variedad de piezas de bronce, como espejo, hachas, cuchillos y campanas, que datan de la Edad de Bronce. Estos objetos, decorados con interesantes motivos animales y geométricos, son una muestra elocuente del avance técnico realizado por los antiguos artesanos de la orfebrería. La orfebrería experimentó un desarrollo constante hasta comienzos de la Edad de Hierro y desde el siglo I a.C., cuando emergieron los Tres Reinos, Koguryo, Paekche y Shilla, ya se había alcanzado un alto grado de refinamiento. Los arqueólogos comprobaron que los grandes túmulos sepulcrales pertenecientes a la aristocracia de Shilla (57 a.C.-935 d.C.) son una fuente inagotable de geniales obras en metal producidas por antiguos artesanos. En estas tumbas se hallaron una abundante colección de fabulosos adornos de oro, patrimonio de reyes y reinas, tales como coronas, pendientes, collares, pulseras y cinturones. Las coronas de oro, en particular, son una muestra de su notable nivel artístico. Los adornos verticales en forma de árbol, las diademas y colgantes están decorados con grabados lineales y repujados; a los colgantes también se les han añadido lentejuelas de oro y trocitos de jade de forma de coma fijados con un alambre muy fino. Los pendientes están decorados con un refinado trabajo de filigrana combinado con superficies granuladas. Los artesanos de Shilla también sobresalieron en la producción de campanas para los templos. Las campanas de bronce de Shilla eran famosas por su diseño elegante, sonoridad y colosal tamaño. La Campana Divina del Rey Songdok o Campana Emille como se la conoce popularmente, forjada a finales del siglo VII es la más grande de todas las existentes en los templos coreanos. Está decorada con bellos motivos de flores de loto, medallones, flores, llamas y doncellas celestiales.


Cerámica

De la totalidad del arte coreano, la cerámica es la manifestación artística más célebre, según afirman los historiadores del arte y los expertos mundiales. Corea ofrece una gran legado en cerámica que comprende desde las vasijas de barro del Neolítico con su rústico acabado hasta los elegantes jarrones de celadón exquisitamente decorados. Las primeras vasijas del Neolítico se caracterizan por sus bases redondas y estrechas, decoradas con motivos de líneas paralelas y puntos, o "peinadas". Más tarde aparecerían cerámicas pintadas y figuritas de arcilla. La gran cantidad de piezas de barro halladas en las tumbas de Shilla pronostica la siguiente etapa en la evolución de la cerámica. Los tonos que varían del gris al negro o los tonos marrones de la cerámica se determinan según los diferentes grados de oxidación en el horno. Algunas piezas exhiben el inconfundible sello de la influencia del chamanismo. La cerámica producida en Shilla había perdido un tanto de su arte de etapa anterior, posiblemente debido a la influencia budista. Muchos alfareros aplicaron diseños estampados para repetir los mismos motivos decorativos en las urnas funerarias destinadas a albergar las cenizas de los difuntos. En general, durante el período de Shilla Unificado (668-935), la cerámica era más resistente, aunque era más modesta y carente de la ingenuidad encantadora de épocas anteriores. Del siglo XII al XIII, durante la dinastía Koryo, la alfarería experimenta un gran esplendor con el descubrimiento de un misterioso vidriado azul-verdoso para el celadón y la técnica de incrustación. La técnica utilizada para obtener celadón llegó originalmente de Sung de China (960-1279) durante el siglo X y con toda probabilidad fue de los hornos de Tzu-yao. Pero a mediados del siglo XII la creatividad autóctona coreana se floreció para lograr su grado más alto de refinamiento. La técnica de la incrustación, un invento de los alfareros coreanos, consistía en cortar los motivos dibujados en la arcilla y rellenar la cortadura resultante con tiras blancas o negras antes de hornear. Esta técnica, que al principio era sencilla y sobria, dió una belleza noble y sútil a las vasijas de celadón. A finales del siglo XIII, los alfareros comenzaron a abusar de esta popular técnica, abandonando la antigua tradición de moldear piezas de formas diversas y fascinantes inspiradas en los motivos familiares de la naturaleza. Este arte siguió deteriorándose y tras la invasión mongol a Corea, los diseños de incrustaciones comenzaron a ser toscos. El arte del celadón desapareció en el siglo XIV y el secreto de la creación de aquellos luminosos vidriados verde-azulados permanecería olvidado hasta su recuperación, y en el siglo XX. Durante la Dinastía Choson, el confucianismo ejerció una influencia social predominante. El cambio de los gustos sobre la cerámica era análogo al cambio de la sociedad en general en la dinastía Choson. Y este cambio social se reflejó en el arte de la cerámica. Las porcelanas blancas se hace popular durante el período Choson. En aquella época, el gobierno controlaba los hornos que fabricaban porcelanas blancas y celadones azules, decorados con incrustaciones. Las porcelanas blancas con el fondo de vidriado azul solían decorarse con motivos de flores de ciruelo, orquídea, crisántemo, bambú, flores de loto, arabescos e hierbas del otoño. A partir de mediados del siglo XIX, la cerámica coreana se deterioró, tanto en forma como en técnica, reflejando la decadencia de la misma dinastía. No obstante, Ichon, en la provincia de Kyonggi-do, a una hora de distancia de Seúl, ha sobrevivido como refugio de alfareros durante casi 600 años, aunque muchos de los artesanos actuales no comenzaron su trabajo hasta después de la Guerra de Corea. La alfarería de esta ciudad ha tenido siempre una gran fama debido a la alta calidad de su arcilla y a la pureza de sus aguas que carecen de minerales. Los minerales pueden contaminar la arcilla y hacen producir colores distintos de los deseados. Además de los hornos, existen numerosas tiendas y museos de alfarería en los que se exhibe la producción de los distintos talleres y se transmite la historia de la porcelana y la cerámica. En la actualidad, la mayoría de los talleres de Ichon produce alfarería tradicional, imitaciones del celadón de Koryo y porcelanas de Choson. Pocos alfareros fabrican vajillas modernas.

Arquitectura

La arquitectura coreana premoderna puede clasificarse en dos estilos principales: el de las estructuras de palacios, templos y el de los hogares de la gente común, que comprende numerosas variantes regionales. Para el primero, los antiguos arquitectos coreanos adoptaron métodos de ensamblaje y de ménsulas: el segundo, se caracterizaba por los tejados de paja y el sistema de calefacción llamado ondol. Las clases altas construían casas más grandes con tejados recubiertos de tejas. Los tejados estaban elegantemente curvados, un efecto que se acentuaba con una ligera elevación de los aleros. El entorno natural se consideraba siempre un elemento de suprema importancia en la arquitectura coreana. Los numerosos templos budistas estaban emplazados en las montañas conocidas por su belleza pintoresca y su construcción se planificaba cuidadosamente para conseguir una armonía ideal con sus entornos naturales. Al seleccionar el lugar de edificación, los coreanos solían dar un significado especial al entorno natural. Consideraban que el lugar no era suficientemente bueno para la edificación a menos que el lugar gozase de un panorama apropiado de "montañas y agua". La búsqueda del contacto constante con la naturaleza no sólo se debía a razones estéticas, sino también a los principios geománticos que dominan la psicología coreana. A finales del siglo XIX, tras abrir sus puertas al mundo, a Corea se introdujo la arquitectura occidental. A lo largo de aquellos primeros años, arquitectos e ingenieros occidentales construyeron iglesias y oficinas para las delegaciones extranjeras. Durante los primeros años del desarrollo arquitectónico moderno, los coreanos aprendieron las ideas y técnicas de los arquitectos e ingenieros occidentales. Entre aquellos pioneros de la década de los 30 estaba un arquitecto llamado Pak Tong-Jin, quien diseñó el edificio principal de la Universidad de Corea. Al término de la Guerra de Corea comenzó la reconstrucción nacional y la arquitectura inició una nueva etapa de desarrollo con el retorno al país de dos de sus mejores jóvenes y ambiciosos arquitectos residentes en el extranjero, Kim Chung-Up residente en Francia, y Kim Su-Kuen en Japón. Ambos han realizado grandes contribuiones al desarrollo de la arquitectura coreana. Merece destacar, entre otras, las siguientes obras arquitectónicas, el Estadio Olímpico de Seúl, la obra de Kim Su-Kuen, el Centro Cultural de Sejong, la de Um Tok-mun y el Centro de Artes de Seúl, la de Kim Seok-Chul. Seúl no ha tardado en convertirse en una fascinante vitrina de tendencias y estilos arquitectónicos de vanguardia. El siempre cambiante horizonte urbano habla de la dramática velocidad del desarrollo que ha experimentado la nación durante los últimos años.

Música

La música tradicional de Corea puede dividirse en dos clases, Chongak y Minsokak. La primera comprende toda la tradición musical de la clase alta, y la segunda incluye la música popular o folklórica, aunque fuese interpretada por la aristocracia. En la tradición de la música Chongak sobresalen composiciones de fondo que originalmente se interpretaban durante ceremonias cortesanas, tales como sacrificios, audiencias reales y banquetes. Mientras las melodías Chongak suelen ser lentas, solemnes y complejas por sus versos melódicos largos y elaborados, la música popular que incorpora elementos de cantos rituales budistas y chamanistas, de música campesina, de sanjo (un solo con instrumento) y de pansori (dramas cantados) suele ser colorida, vibrante y emotiva. La música occidental fue introducida en 1893 con la introducción de himnos cristianos. La enseñanza oficial de la música occidental en las escuelas comenzó en 1904 y se difundió rápidamente entre la sociedad urbana e intelectual. Hong Nan-Pa compuso "Pongsunhwa" en 1919, una composición tremendamente popular en la historia de la música coreana y una de las primeras compuestas al "estilo occidental". Con la aparición de esta canción, el panorama musical coreano se alejó cada vez más de las influencias tradicionales. En 1945, tras la liberación, los colegios universitarios y universidades de Corea instalaron departamentos de música occidental. Muchos músicos coreanos han estudiado en el extranjero con éxito y han retornado al país para enriquecer la cultura musical de la nación. La primera orquesta coreana de estilo occidental se creó en 1945, con el nombre de Sociedad Coreana de Orquestas Filarmónicas. En la actualidad existen varias orquestas en Seúl y otras ciudades principales. Los coreanos también aprecian mucho la ópera. Desde que en 1948, y por vez primera, los músicos coreanos interpretaron La Traviata de Verdi, han surgido muchas compañías operísticas como la Opera Nacional, la Opera de Kim Cha-Kyong y la Opera de Seúl. En la actualidad, muchos músicos coreanos ofrecen conciertos y actúan en el extranjero. Muchos han merecido las más grandes alabanzas de críticos y público extranjeros. Algunos han ganado premios importantes en competiciones internacionales y otros ocupan puestos prestigiosos como directores de orquesta o como profesionales en otros campos de la música. Chung Myung-Hun es uno de los directores de orquesta que trabaja en el extranjero desde que fuera nombrado primer director de orquesta y director musical de la Opera Nacional de la Bastilla, en Francia. En 1951 se creó el Centro Nacional de Artes Escénicas Tradicionales y ha contribuido a conservar y desarrollar la música tradicional coreana. En 1993 se fundó la Escuela de Música del Instituto Nacional de Artes de Corea, el primer conservatorio al estilo occidental, ubicada en el Centro de Artes de Seúl, en Socho-dong, al sur de Seúl. Orgullosos de su profesorado de alto nivel profesional el conservatorio tiene la meta de hacer situar a Corea en un lugar de prestigio en el mapa cultural internacional. En la actualidad, la música coreana podría dividirse en tres categorías básicas: 1) la oriunda de Corea; 2) occidentalizada; 3) una combinación experimental de Oriente y Occidente.

Danza

En Corea existen seis variedades de danza tradicional: chamanista, budista, confuciana, cortesana, popular y de máscaras. Las influencias budistas y confucianas son muy importantes. Se ha dicho que la influencia del confucianismo ha sido mayormente de carácter represivo, mientras que la del budismo, más tolerante, ha contribuido a la creación de hermosas danzas cortesanas y de muchos ritos funerarios chamanistas. Los bailarines de la antigüedad expresaban, principalmente, un profundo poder extático. No les interesaban las acrobacias físicas, sino la expresión de una alegría metafísica. Muchas danzas tradicionales se desaparecieron durante los 35 largos años de ocupación colonial japonesa y también debido a la rápida urbanización e industrialización de las décadas 60 y 70. Pero durante la década de los 80, los artistas comenzaron a rebuscar aquellas danzas olvidadas. De las 56 danzas de la corte real originales, en la actualidad sólo tienen fama aún el kommu (Danza de espadas) del período Shilla; el hakmu (Danza de grullas) del período Koryo; el kiakmu (Danza de instrumentos musicales) del período Paekche; y Chunaengmu (Danza del ruiseñor que canta en primavera) de la Dinastía Choson. El gobierno considera todas estas danzas como "bienes culturales intangibles" que es necesario conservar, y los bailarines son nombrados como de "Tesoros Culturales Humanos", el honor más alto que puede otorgarse a los maestros artistas y artesanos de la artesanía tradicional. La danza moderna coreana evolucionó gracias al trabajo de pioneros como Cho Taek-Kwon y Choi Sung-Hi, quienes en un principio estudiaron danza tradicional coreana y más tarde, estudiaron la danza extranjera. Después de la liberación de 1945, se fundó en 1950 la Compañía de Ballet de Seúl. En 1956 regresó al país Im Sung-Nam, un bailarín principal, tras completar sus estudios de danza en Japón. Abrió su estudio de ballet en Seúl, y contribuyó al progreso del ballet en Corea. Actualmente, en Corea existen unas 40 compañías de danza tradicional, 30 compañías de danza moderna que incluyen grupos de danzas modernas como el de Yook Wan-Soon y Hong Shin-Ja, y otras 10 compañías de ballet entre las que se cuenta la Compañía de Ballet Universal, una compañía profesional de carácter privado, creada en 1984.

Teatro y Cine

El teatro coreano hunde sus raíces en los ritos religiosos prehistóricos. Tanto la música como la danza están plenamente integradas en el teatro tradicional. Un ejemplo elocuente de este teatro clásico es una danza de máscaras llamada talchum, mitad pantomina y mitad danza con una buena dosis de sátira y humor popular. Según región existen diferencias estilísticas, diálogos y vestuario. Este teatro tradicional fue muy popular en las poblaciones rurales hasta principios de siglo. Las pansori o largas canciones populares de estilo narrativo con que se relatan los antiguos cuentos y el koktukakshi norum (teatro de marionetas), un género practicado por artistas trotamundos, también eran populares durante la época premoderna, los ritos chamanistas, llamados kut, además de ser una función religiosa, tenían la de entretenimiento. El primer teatro al estilo occidental de Corea, Wongaksa, fue inaugurado en Seúl en el año 1908. Hasta entonces, los actores presentaban sus obras en escenarios provisionales o en las plazas de los pueblos, cuando éstas eran lo suficientemente grandes para acomodar el público. En aquel teatro se representaron por primera vez obras occidentales, dando comienzo a un período de romances populares de la llamada nueva escuela de teatro. Durante los años 20 se inició un movimiento más serio, impulsado por un grupo de estudiantes de literatura occidental de Tokio, que se dedicaba a traducir y representar obras teatrales del realismo moderno occidental. El grupo tenían un espíritu más académico que empresarial, pero su impacto se dejaría sentir durante mucho tiempo entre los dramaturgos de generaciones posteriores. El teatro decayó considerablemente tras la aparación de la industria cinematográfica durante la década de los 60 y la televisión. En los años 70 los jóvenes artistas estudiaban y adoptaban tema y estilo de las obras tradicionales como el teatro con danza de máscaras, los rituales chamanistas y las pansori. Para fomentar la actividad teatral, la Fundación de Cultura y Artes de Corea patrocina un festival anual de teatro. La primera película coreana se estrenó en 1919. Se titulaba La Justa Venganza, un drama cinematográfico que era una combinación de cine con actuación teatral. La primera película de largo metraje, que se titulaba "un juramento bajo la luna" hizo su aparición en 1923. En 1926, Arirang, un filme clásico, una protesta contra la opresión japonesa, producido por el actor y director Na Un-Gyu, obtuvo una entusiasta respuesta del público. Las primeras películas coreanas se caracterizaban por sus connotaciones patrióticas y antijaponesas, que resultaban atractivas para un público que sufría la explotación colonial. Debido a que toda la actividad cinematográfica estaba controlada por los japoneses, a finales de la década de los 30, el cine se degeneró en propaganda chauvinista. A mediados de la década de los 50, la industria cinematográfica experimentó un auge que duraría unos 10 años. No obstante, las dos décadas siguientes fueron más bien de estancamiento, debido mayormente al rápido desarrollo de la televisión y a la falta de interés del público. Desde principios de la década de los 80, la industria cinematográfica ha recobrado cierta vitalidad gracias a algunos jóvenes directores de talento quienes abandonaron los viejos estereotipos. Las películas coreanas se han presentado en los festivales de Cannes, Chicago, Berlín, Venecia, Londres, Tokio y Moscú, acaparando una serie de galardones.

Imprenta y Editoriales

En 1966, en una pagoda de piedra del templo de Pulguksa, en Kyongju, se encontró un pequeño rollo impreso con escrituras budistas, titulado La Pureza de la Luz del Dharani Sutra. Se descubrió que este rollo había sido publicado bajo el mecenazgo de Shilla, aproximadamente en el año 751 d.C., un siglo antes de la aparición del Sutra del Diamante en China, considerado hasta entonces el libro más antiguo impreso con tablas de madera que han llegado hasta nuestros días. Durante el siglo XIII, bajo la Dinastía Koryo, los coreanos realizaron otra hazaña increíble en la historia de la imprenta, al emprender la gigantesca tarea de grabar más de 80.000 tablas de madera para imprimir una versión completa de las escrituras budistas. Este proyecto fue motivado por el deseo de invocar la ayuda de Buda para impedir las invaciones mongoles y particularmente, por el hecho de que una primera edición de esta obra, recopilada dos siglos antes, fue destruida por los invasores del norte. La denominada Tripitaka Coreana, esta segunda edición aún se conserva en excelentes condiciones en los antiguos archivos del templo de Haeinsa. Los registros históricos revelan que los coreanos fueron los primeros en utilizar letras móviles de metal, imprimiendo un libro sobre ceremonias alrededor del año 1234, mucho antes de que Gutenberg publicara su Biblia en 1455. La muestra autentificada más antigua de letras móviles es una colección de sermones del Budismo Zen impresa en 1377, durante el período Koryo. Una copia de esta edición se conserva actualmente en la Biblioteca Nacional de Francia en París. La floreciente industria editorial de Corea se basa hoy en día en su imprenta tradicional y el respeto a la erudición. A pesar de los rígidos requisitos exigidos para ser editor, a finales de 1997 existían 12.459 compañías editoriales. Igualmente, durante los últimos años han proliferado las revistas especializadas en temas como hogar, deportes y recreo, ciencia y tecnología, salud, arte y literatura. Con la excepción de libros de texto escolar, en 1996 se publicaron 26.664 títulos, que sumaron 158,1 millones de ejemplares. La literatura encabezó la lista con 4.411 títulos, seguida de obras de interés juvenil, con 4.107. El tercer lugar lo ocupó la ciencia y el arte con 3.856, seguido de ciencias sociales con 3.373, religión con 1.718, arte con 1.094, historia con 945, lenguas con 1.557, filosofía con 772, ciencias puras con 387 y 359 temas generales. Los libros de texto escolares abarcaron 4.135 títulos.

Museos y Teatros

En Corea abundan las instalaciones culturales de todos los niveles y categorías, donde la gente puede disfrutar de exposiciones y representaciones escénicas a lo largos del año. Estos recintos ofrecen una visión real de los logros culturales y artísticos de Corea, del pasado y también de la tendencia y gustos tradicionales y modernos. Para satisfacer los distintos intereses y exigencias de la comunidad a la que sirven, estas instalaciones se varían en tipo y capacidad, desde grandes museos a escala internacional, hasta pequeños teatros en los que actores y público se entremezclan, entablando una comunicación directa. Hay 223 museos en Corea. Diez de ellos son financiados y dirigidos por el gobierno central. El Museo Nacional de Corea y el Museo Nacional del Folklore están en Seúl, mientras que otros están ubicados en ciudades de provincias, algunos de los cuales fueron capitales de los antiguos reinos. Estas ciudades son verdaderos almacenes de restos y reliquias históricas que iluminan el pasado cultural de su región determinada. Por lo tanto, cada museo posee un sabor histórico propio y único. Además de los museos nacionales y públicos y otros existentes en universidades y colegios universitarios, Corea cuenta con más de una docena de museos privados. Estos museos fueron creados por particulares, organizaciones religiosas y empresas. En la mayoría de los casos, sus colecciones contienen materiales históricos coleccionados por coleccionistas que se dedicaron casi toda su vida a esta tarea. Las colecciones comprenden desde pinturas populares, libros, objetos religiosos, muebles, bordados a indumentarias tradicionales. Corea tiene unos 50 teatros de multi-uso. El Teatro Nacional, fundado en 1950, está situado al pie de la montaña Namsan en el centro Seúl. Tiene como propósito conservar y desarrollar la cultura tradicional y las artes escénicas contemporáneas. Desde su inauguración, el Teatro ha ganado el aprecio popular. A pesar de dificultades y cambios, el Teatro Nacional se siente orgulloso de sus siete compañías residentes: La Compañía Nacional de Teatro, Changguk Nacional (teatro musical coreano), la Compañía Nacional de Danza, la Compañía Nacional de ballet, la Compañía Nacional de Coros, la Compañía Nacional de Opera y la Orquesta Nacional de Música Tradicional. Las siete compañías permanentes en el Teatro Nacional realizan unas 35 producciones anuales. Además, realizan actuaciones especiales de gira en el extranjero y en todos los rincones de Corea. Su sala principal tienen 1.518 localidades; la pequeña, un aforo de 454 y el Norimadang (versión coreana del teatro al aire libre), un aforo de 1.200. El Museo Nacional de Arte Contemporáneo, situado en un pintoresco parque del sur de Seúl, posee una vasta colección de objetos artísticos del siglo XX de Corea y del Occidente. Las galerías de arte han proliferado durante los últimos años, a la par del siempre creciente interés del público en general por las bellas artes. El Centro Cultural Sejong en Seúl es el mayor de todos los teatros de multi-uso. A este centro municipal de artes escénicas inaugurado en 1978, están afiliadas la Orquesta Filarmónica de Seúl, la Orquesta de Música Tradicional de la Ciudad de Seúl, la Compañía Municipal de Danza de Seúl, el Coro Municipal de Seúl y el Coro Municipal Juvenil de Seúl. El teatro principal del Centro tiene un aforo de 4.000 espectadores y su órgano de pipas es uno de los más bellos del mundo. El centro de Artes de Seúl en el sur de Seúl se abrió en febrero de 1993. El Teatro de la Opera es la estrella del centro artístico con un aforo de 2.346 localidades. Este centro, con una superficie total exterior de más de 234.358§³ e interior de 120.951§³, tiene dos salas de concierto, una galería de arte, una sala de caligrafía, una biblioteca de arte y un archivo de material fílmico. El auditorio principal de la Sala de Concierto tiene un aforo de 2.600 personas. También existe una Sala de Recitales con un aforo de 400 espectadores. La Sala de los Festivales, el mayor edificio de todo el complejo del Centro, fue diseñado para albergar tres teatros: un Teatro de Opera con capacidad para 2.346 espectadores, otro Teatro con un aforo de 800 y un Teatro Estudio con un aforo de 300. La programación incluye teatro, ópera, ballet, danza y artes combinadas, con la participación de las principales compañías y artistas coreanos y extranjeros.

2 comentarios:

Anonymous dijo...

muy completo, excelente trabajo.
saludos
ML

Anónimo dijo...

El cinturón del maestro suh tae suk lo tiene Emilio Ferrer, mi padre, según él muy gran maestro.